A
l grupo de jóvenes de la iglesia le correspondía dirigir el servicio general de adoración el domingo por la mañana. Estábamos entusiasmados planificando la reunión y ensayando la música. Al rato entró una de las ancianas de la iglesia. Se detuvo a observarnos por treinta segundos y gritó a toda boca: “Habiendo tantos himnos viejos lindos, ¿cómo pueden estar cantando esa porquería?”Los jóvenes se desanimaron inmediatamente. La música se detuvo. Todos me miraron desconcertados. Estábamos desafiando a la iglesia a pasar de la adoración tradicional, donde se cantaba por números en un himnario, a un estilo más contemporáneo. Esto provocó la resistencia frontal de algunas personas.
Si quieres desanimar el culto, quítales la tecnología del culto. Esto fue lo que le pasó a Israel durante el cautiverio:
También se llevaron las ollas, las tenazas, las despabiladeras, los tazones, la vajilla y todos los utensilios de bronce que se usaban para el culto.
Jeremías 52:18
En ninguna otra área es tan evidente el desafío cultural de la iglesia como en el culto, o sea, en la adoración, ya veremos por qué. También es cierto al hablar de tecnología. El desafío cultural es el segundo de los 4 desafíos de la tecnología en el ministerio.
Nuestra cultura afecta directamente nuestro desarrollo tecnológico ministerial. Un entendimiento inadecuado de la cultura puede confundir, desanimar y hasta paralizar toda iniciativa de tecnología ministerial. Y este es el desafío cultural:
Necesitamos entender la cultura para intentar transformar la cultura.
La tecnología es parte de la cultura
La tecnología es la respuesta humana al mundo material; nuestra reacción natural al medio ambiente. La tecnología nace en el seno de lo cultural. Cada cultura desarrolla tecnología y cada tecnología se vuelve sobre la cultura con efectos transformadores. Estas dinámicas no se pueden desligar.
Por esa razón, todo ministerio necesita adoptar un modelo para entender la cultura con la tecnología en contexto. No pretendo cubrir el tema a profundidad en este breve artículo, pero quiero introducir un modelo básico:
La cultura se da en la intersección de cinco áreas fundamentales: parentesco, sociedad, economía, política y religión.
El parentesco determina la forma en la cual la familia se organiza y se establecen las relaciones interpersonales. La sociedad guía las asociaciones entre las personas y los patrones organizacionales. La economía rige el uso de los recursos, incluyendo las finanzas. La política establece la forma de gobierno. Y la religión incluye los valores fundamentales y la teología. Para cada área la cultura encuentra expresión y apoyo tecnológico.
De cultivo, cultura y culto
Estas tres palabras provienen todas del mismo origen. Me gusta leerlas en reverso: El culto expresa la cultura como resultado del cultivo. Permíteme explicarme.
El culto es la expresión de adoración a Dios; pero no se puede expresar la adoración divorciada de su cultura. Es por eso que la adoración ha tomado matices distintos en la historia de los pueblos. Por ejemplo, Israel tuvo que hacer adaptaciones del tabernáculo del desierto al de David, y luego a los templos de Salomón, Nehemías y Herodes. Distintas épocas llaman a distintas expresiones de culto porque la cultura cambia.
Ahora bien, la cultura cambia por aquello que cultiva. En sus orígenes, la palabra cultivo proviene de la agricultura, ahí está la palabra otra vez. Se trata de la preparación de la tierra para que crezca y reproduzca vegetación útil para la alimentación. Por extensión, la cultura refleja aquello que prepara, crea, nutre y reproduce. Esto aplica a muchas áreas de la vida: la moda de vestir, los aparatos que usamos, las leyes y el intercambio de bienes y servicios, entre otras cosas.
Es por esto que la tecnología se encuentra en el nivel más fundamental del cultivo, por ende, de la cultura, y por ende, del culto.
Pero, ¿cuál cultura?
Tú me dirás, está bien, pero ¿de cuál cultura estamos hablando? La ventaja de tener un modelo de análisis cultural es la consistencia de lectura al aplicarlo a varios subsistemas culturales. Quiero sugerir cinco subculturas, desde el seno de la tecnología ministerial hacia afuera:
- La cultura de tecnología dentro del ministerio
- La cultura de gobierno del ministerio
- La cultura del ministerio en general
- La cultura de la comunidad en la cual ministra
- La cultura de la nación dónde se desempeña
Un entendimiento apropiado de la cultura debe además considerar las dinámicas multigeneracionales; debe ayudar a la generación dirigente a cultivar y a la generación de relevo a visionar. Debe encontrar un nuevo equilibrio entre las tecnologías ministeriales del pasado que tienden a subsistir para coexistir con las tecnologías ministeriales del presente. Sólo entendiendo la cultura podremos transformarla.
Muy buen articulo. Bendiciones…
Gracias Emerson. Saludos.