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a era del hombre nuclear y la mujer biónica ha llegado. La audiencia quedó cautivada con las posibilidades. El Dr. J. R. Rizzo se vistió con un chaleco cubierto de pequeños pulsadores y lucecitas LED para transmitir las ondas sonoras a su cuerpo y “escuchar” con la piel los ruidos de la audiencia.El chaleco Eyeronman, como se le conoce, fue parte de una serie de demostraciones en la conferencia de tecnología VMWorld en San Francisco. El mismo les permitirá a los ciegos ver y a los sordos oír, reconociendo los patrones de pulso producidos sobre la piel por pequeños sensores digitales.
Sométanlo todo a prueba, aférrense a lo bueno.
1 Tesalonicenses 5:21
El aumento de las capacidades sensoriales del ser humano y otros avances de la biotecnología son una realidad hoy, y la Iglesia necesita criterios de análisis para tomar decisiones ante los retos tecnológicos.
En 3 dilemas filosóficos que la Iglesia debe responder hoy, planteo tres preguntas de carácter ontológico, teológico, y ético. Las respuestas a estas preguntas son parte de una conversación más amplia que tiene implicaciones en la iglesia local y que cada congregación debe considerar con cuidado.
El dilema ontológico
Lo ontológico es todo lo relacionado con la creación de significado. En informática, por ejemplo, la ontología del lenguaje de programación define los conceptos, características, capacidades, y convenios de dicho lenguaje.
Las tecnologías de hoy retan los que significa ser humano en un cuerpo intervenido, una realidad aumentada, y un mundo híperconectado. Considera por ejemplo lo siguiente:
Las sanidades citadas por Jesús como prueba de su mesianidad son ahora parte cotidiana de la tecnología: “Los ciegos ven, los cojos andan, los que tienen lepra son sanados, los sordos oyen, los muertos resucitan y a los pobres se les anuncian las buenas nuevas (Mateo 11:5).”
Con excepción de la esperada resurrección permanente, la biotecnología de hoy abre paso a las capacidades súper humanas y retan el significado de la fe y los milagros. La informática nos permite anunciar a más pobres en menos tiempo las buenas nuevas por el ciberchisme y la viralización. ¿Está bien esto? ¿Debemos criticarlo o abrazarlo?
La ontología es pues fundamental para crear un entendimiento compartido de comunicación y colaboración entre las partes y para generar un sentido de pertenencia mutua. Entonces debemos preguntarnos:
¿Qué significa la fe cristiana y la Iglesia de hoy a la luz de las nuevas realidades? ¿Es ya la Iglesia todo lo que puede llegar a ser? ¿Podemos imaginar una Iglesia diferente en un mundo que ya es diferente?
El dilema teológico
Lo teológico es todo lo relacionado al estudio de Dios. La teología cristiana clásica ha servido a los fines ontológicos. Es cierto que la teología cristiana nos dice quién es Dios, quién es el Mesías y qué vino a hacer, quién es el Espíritu Santo y su labor en la historia y en la Iglesia.
Pero la teología clásica también define qué significa ser humano y qué significa ser comunidad de fe y ser Iglesia. Las nuevas realidades tecnológicas tienen un efecto sobre la teología clásica, lo queramos ver o no.
Cuando se acercaron a Jesús para poner en tela de juicio las prácticas religiosas de sus discípulos en cuanto al ayuno, él respondió: “el vino nuevo se echa en odres nuevos, y así ambos se conservan” (Mateo 9:17b).
Utilizó una metáfora: para expresar un mensaje fresco se necesitan prácticas, estructuras de contención, y medios de transmisión nuevas que se preservan mutuamente. El medio preserva el mensaje y viceversa. Entonces debemos preguntarnos:
¿Necesitamos una teología renovada o reformada a la luz de las nuevas realidades? ¿Hay acaso a nuestro alrededor nuevas tecnologías que sirvan como nuevas metáforas de fe para las generaciones presentes y venideras? ¿Nuevas estructuras para conocer a Dios y vivir nuestra espiritualidad?
El dilema ético
Lo ético es todo lo relacionado a lo correcto o incorrecto del comportamiento. La ética cristiana se ha dedicado a lo largo de su historia a someter todo a prueba para aferrarse a lo bueno.
¿Tecnofilia o tecnofobia? He allí la cuestión. La tecnología es una moneda de dos caras Sirve tanto para construir como para destruir. Nuestra actitud hacia la tecnología determina en gran medida nuestro comportamiento con ella. Hay quienes aman la tecnología a ciegas, tecnófilos, aceptando todas sus premisas; y hay quienes le temen, tecnófobos, y rechazan todas sus propuestas.
La ética cristiana debe conseguir un balance apropiado para cada propuesta tecnológica de hoy. Aunque por lo general tengo una actitud favorable de la tecnología, no me puedo hacer de la vista gorda ante sus peligros potenciales.
El apóstol hizo la siguiente pregunta: “¿Puede acaso brotar de una misma fuente agua dulce y agua salada?” (Santiago 3:11). No pone en tela de juicio la utilidad de la fuente – tecnología, sino la calidad del agua.
La Iglesia de hoy debe ser agua de vida que brote del medio tecnológico para edificación y salvación. Pero también, la Iglesia de hoy tiene no sólo la responsabilidad, sino que debe desarrollar la capacidad, para evaluar la efectividad de la fuente. Entonces debemos preguntarnos:
¿Cómo desarrollamos nuestra capacidad de distinguir lo bueno de lo malo de la tecnología contemporánea? ¿Qué es efectivo y qué no? ¿Cómo podemos crear modelos de decisión saludables que rinda los resultados deseables?
Para ahondar sobre estos temas, revisa los siguientes artículos:
• 3 problemas que ninguna tecnología podrá resolver jamás
• 3 limitaciones de la tecnología en el ministerio
• 5 actitudes erróneas hacia la tecnología para corregir
• 5 males de la tecnología que debemos subsanar
• 5 efectos negativos de la tecnología en la familia
Quiero escuchar tus opiniones al respecto, por favor deja tus comentarios y preguntas en el blog o en las redes sociales.
Hola estimado Vladimir, ¿piensas que un Dios misericordioso, dejaría esta y otras preguntas a nuestra capacidad? o ¿Él, el Dios de guía, no renovaría su fe en el tiempo oportuno? A medida que los tiempos cambian también la fe de Dios se nos da de forma más completa y avanzada. Como hizo Cristo en el pasado, que puso un cielo nuevo y una tierra nueva, con seguridad dichas preguntas generan respuestas diversas en la mente del ser humano y en realidad no vale la pena discutir sin tener la certeza de lo que es en verdad lo correcto. Te invito a que investiges acerca de la fe Bahá’í. Hay que dejar los prejuicios y buscar a Dios libremente.
“La religión y la ciencia son las dos alas con las que la inteligencia del ser humano puede remontarse a las alturas, con la que el alma humana puede progresar. ¡No puede volar solo con un ala! Si trata de volar sólo con el ala de la religión, caerá inmediatamente en el lodazal de la superstición, mientras que, por el otro lado, si sólo trata de usar el ala de la ciencia, tampoco podrá hacer ningún progreso. Ya que se hundirá en el angustioso pantano del materialismo.” ‘Abdu’l-Bahá