3 problemas que ninguna tecnología podrá resolver jamás

3 problemas que ninguna tecnología podrá resolver jamás

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n días recientes, mi amigo Antonio hizo un comentario acerca de mis artículos diciendo que no trataban los asuntos más filosóficos de la tecnología. Bastante acertada su apreciación, pero esto ha sido intencional. Hay una brecha enorme en la reflexión que la Iglesia hace de la tecnología pero también hay deficiencias en la práctica tecnológica dentro del ministerio, y he querido buscar un balance de lectura que atienda ambas cosas. Somos muy pocos quienes hablamos sobre estos temas.

Tengo una visión pragmática positiva de la tecnología, es decir, la tecnología es muy buena cuando funciona bien y es utilizada con buenos propósitos. Pero la tecnología no es una panacea. Tiene limitaciones prácticas. Tiene también limitaciones teologales y filosóficas. Pues quiero explorar algunas de sus fronteras.

Por tanto, siendo descendientes de Dios, no debemos pensar que la divinidad sea como el oro, la plata o la piedra: escultura hecha como resultado del ingenio y de la destreza del ser humano.

Hechos 17:29

Este es uno de los pocos pasajes en el Nuevo Testamento que menciona la palabra griega tecné, la misma de donde proviene la palabra tecnología. NVI traduce esta palabra como ingenio. En otras versiones se traduce como arte o artífice. Una versión actualizada se pudiese traducir: “La divinidad no es producto fabricado por la tecnología y la destreza humana.”

Aquí hay principio bíblico para poner a la tecnología en su puesto. Contrario a lo que algunas nuevas religiones pudiesen promulgar, ninguna tecnología tiene la capacidad de alcanzar la divinidad. Ninguna tecnología puede llenar el vacío que sólo Dios puede llenar. Y ninguna tecnología puede lograr para ti aquellas cosas que pertenecen a la divinidad, tales como la santificación, la salvación o la resurrección.

En el mes de febrero de 1998, el Dr. Billy Graham fue invitado a participar en las conferencias de TED (Tecnología, Entretenimiento y Diseño). El doctor Graham, luego de dejar claro que no sabía por qué se había invitado a un clérigo a hablar de tecnología – nota aparte, ¿Y por qué no? Ya es hora de que se invite a la Iglesia al debate público sobre la tecnología y sus efectos – identificó 3 problemas que ninguna tecnología podrá resolver, a continuación.

La maldad

El rey David introdujo a la nación de Israel a una de las revoluciones tecnológicas más importantes en la historia de la humanidad: la edad de hierro. David construyó grandes almacenes de hierro y bronce (1 Crónicas 22:3), de los cuales la arqueología ha descubierto algunas evidencias. Pero David se dio cuenta de que la tecnología se quedaba corta en erradicar la maldad del hombre.

David fue objeto de la maldad y escribió varios salmos al respecto. La tecnología se sigue usando con fines maléficos para la violencia, el hambre y la tiranía. Siguen habiendo armas de esclavitud, adicciones y autodestrucción. El Dr. Graham dice: “Me gustaría ver a la compañía de tecnología Oracle romper este ciclo de maldad.” Luego cita a Albert Einstein diciendo: “Es más fácil desnaturalizar el plutonio que desnaturalizar al hombre.”

David entendió que el único que puede cambiar la naturaleza del alma humana y librarle de su maldad para convertirle en una nueva criatura es Dios (Salmo 23:3).

El sufrimiento

¿Por qué sufrimos? Esa es una pregunta que ninguna tecnología ha podido responder. Dr. Graham refiere a  Thomas Edison quien entendió que en medio del sufrimiento humano, Dios aún está en control: “Cuando vez todo lo que sucede en el mundo no puedes negar que hay un capitán al mando.”

La ciencia y la tecnología han hecho grandes progresos para mover los límites del sufrimiento humano, pero no han podido erradicarlo. Lo mismo es cierto de la medicina que extiende la vida pero no la hace eterna, de los sistemas de producción que no eliminan la pobreza, de la tecnología digital que promueve el saber del bien pero también del mal o del transporte supersónico que acorta las distancias pero no sana la soledad.

David entendió que el único que puede satisfacer al ser humano a plenitud en medio de su sufrimiento es Dios. Él es el buen pastor en quien nada nos ha de faltar (Salmo 23:1).

La muerte

La gente de nuestro tiempo no habla sobre la muerte y “la mayoría vive como si nunca se fuesen a morir,” dice el Dr. Graham. La tecnología nos da una impresión falsa sobre nuestra mortalidad. La pantalla nos hace creer que muchas personalidades fallecidas están aún vivas entre nosotros.

Con todo, la muerte es inevitable. Sus estadísticas son impresionantes: el 100% de la gente muere. Esta es una realidad difícil de asimilar para muchos de nuestros jóvenes que piensan que tienen toda la vida por delante. El Dr. Graham cita un drama de Alexander Solzhenitsyn diciendo: “El peor momento para lamentarse es cuando llegas al lecho de muerte.” ¿Cómo puedes llegar a la muerte sin tener nada que lamentar? Esa es una pregunta que la tecnología no puede ayudarte a responder.

David entendió que el único que nos puede ayudar a transitar el umbral de la muerte es Dios. Él nos esperará al otro lado con brazos abiertos para recibirnos (Salmos 23:4).

Jesucristo, y no la tecnología: Su ejemplo de santidad, Su obra de salvación por muerte de cruz y Su resurrección de entre los muertos, es la única esperanza de la humanidad para resolver estos problemas. Blaise Pascal, quien creara una de las primeras máquinas de cálculo matemático y en honor de quien se llamó un lenguaje de programación moderno dijo: “Me someto, absolutamente, a Jesucristo mi redentor.” Tú también puedes hacer lo mismo.

Puedes mirar el video completo de la charla del Dr. Graham en TED con subtítulos en español en este enlace: VER VIDEO.

Y tú, ¿has notado otros problemas que la tecnología no resuelve? ¿Qué otras limitaciones de la tecnología puedes identificar?

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Vladimir Lugo

Tecnología que libera el poder de tu misión.

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