5 males de la tecnología que debemos subsanar

5 males de la tecnología que debemos subsanar

E

n la serie televisiva The 100, un grupo de jóvenes trata de escapar del dominio tecnológico y conseguir la libertad y la paz. La mayoría de las personas han sucumbido a la esclavitud tecnológica y han entregado su libre albedrío al comerse un chip electrónico en una acción religiosa que se asemeja a tomar la Santa Cena.

El chip se instala a sí mismo en la base de la cabeza y controla el sistema nervioso de todo huésped, borrando las memorias de la vida normal y creando memorias nuevas en una realidad virtual llamada la Ciudad de Luz; una especie de Matrix inalámbrica de la cual nadie podrá escapar.

Pero sus ídolos son de oro y plata, producto de manos humanas… Semejantes a ellos son sus hacedores, y todos los que confían en ellos.

Salmos 115:4,8

La Biblia nos advierte en contra de ceder nuestra voluntad a cualquier “producto de manos humanas.” En la serie, nadie se da cuenta de la amenaza, pero poco a poco, la tecnología comienza a tomar ventaja. El chip no tiene bocas, ni oídos, ni manos, ni pies, pero usa los de los seres humanos para hacer crecer su poderío como un cáncer social. Toda tecnología tiene sus peligros. Por eso quiero ayudarte a identificar estos 5 males de la tecnología que debemos subsanar.

Tecnoabusos

Aunque el chip de The 100 no existe – todavía, – es posible que los seres humanos abusemos de la tecnología, utilizándola para fines maléficos, pecaminosos o cediendo nuestras libertades a su embrujo.

Ten una visión utilitaria de la tecnología. Esto significa que uses la tecnología con finalidades claras y no permitas que ella abuse de ti. Para esto hay que revertir la fórmula; comenzar con el fin en mente y no con el deseo de tener un aparato particular. También ten un modelo de interacción con la tecnología que tenga límites claros.

Por ejemplo:

  1. Conoce tus debilidades y evítalas. Me encantan los juegos de video, pero como sé que puedo pasar horas jugándolos, ni siquiera los instalo.
  2. Ponle límite de tiempo a las redes sociales, digamos, una hora diaria. Usa más tiempo para interactuar y menos para divertirte.
  3. No uses la tecnología apropiada para una actividad en otra. No necesitas el celular ni la televisión cuando comes en familia. Ponlos a un lado.

Tecnoalienación

La alienación es una patología teológica, personal y hasta social. Se refiere igual a la pérdida de las libertades, ya sea por la posesión demoníaca, la sinrazón o la presión de grupo. La tecnología pudiese causar esta clase de alienación, aislando al individuo de su entorno.

Para el filósofo Herbert Marcuse, el hombre está sometido a la alienación del progreso de la técnica y la única manera de salir de ella es mediante un despertar existencial.* Para el cristiano, ese despertar llega cuando entiende su identidad en Dios y que ha sido creado con un propósito único y exclusivo. Tu propósito, o en todo caso, tu misión, determina tu relación con la tecnología y no al revés.

Recomendaciones:

  1. Define tu identidad en Dios. Responde las preguntas existenciales: ¿Quién soy? ¿Para qué estoy sobre la faz de la tierra? ¿Qué cualidades únicas me cualifican para ejercer mi misión particular?
  2. Usa la tecnología desde la perspectiva de tu propósito. Usa tecnología que te acerque a ese propósito.
  3. No te desconectes de la gente a tu alrededor. Procura interactuar persona a persona. El abrazo cálido de un amigo es irremplazable.

Tecnoadicciones

Muchos no lo saben, pero la palabra blackberry, por la cual se conoce al teléfono móvil que lleva el mismo nombre, es la manera popular por la cual los esclavos norteamericanos se referían a los grilletes; sí, esas bolas de hierro negras que aparecen en las tiras cómicas pero que en la vida real privaban de libertad a los tobillos.

La tecnología puede causar serias adicciones. El cepo de su domino te puede atrapar e inmovilizar. El sólo pensar en la separación te puede causar pánico. La nomofobia, o el terror a separarte de tu teléfono móvil, te pueden obligar a hacer cosas ridículas. Además, la tecnología puede mediar otras adicciones serias como a la pornografía, a la violencia, o al chisme.

¿Qué puedes hacer?

  1. Reconoce que tienes un problema. Nada sucederá hasta que no aceptes tu condición y quiebres el poder que tiene sobre tus acciones.
  2. Busca ayuda. La mayoría de las adicciones requieren de una intervención externa.
  3. Rodéate de quienes hayan superado la adicción y estén dispuestos a ayudarte. Crea un círculo de protección con ellos.

Tecnoafecciones

Toda tecnología tiene consecuencias. La computadora y los aparatos móviles están haciendo aparecer nuevas dolencias que afectan la salud del individuo.

Con una búsqueda rápida en la Internet sabrás que son comunes los dolores de espalda, malformaciones cervicales, presión en el túnel carpiano, pérdida de facultades auditivas y visuales, cambios de humor y hasta falta de concentración o propensión a la violencia.

Los buenos hábitos pueden corregir la mayoría de estos problemas:

  1. Trabaja de pie; ahora hay escritorios que te permiten trabajar de pie. Harás ejercicio y desarrollarás una mejor postura.
  2. Cuadra las pantallas para que queden a la altura de tus ojos, incluso la de los celulares. “No te inclinarás a ellas” (Éxodo 20:5), levántalas a la altura de tu mirada.
  3. Toma recesos regulares y haz ejercicios de estiramiento. Estos incrementarán tu flujo de sangre y promoverán tu salud general.

Tecnoaniquilación

Hasta la tecnología más hermosa tiene a veces sus orígenes en la guerra. Los abuelos de la dulce arpa son el temible arco y la mortal flecha. Con el mismo martillo podemos construir una casa o derribarla.

La amenaza aniquiladora de la tecnología es real; no ha quedado relegada a la ciencia ficción ni a las películas de Hollywood. Pero este no es un problema de la tecnología en sí, sino de la maldad del hombre.

Hay una sola solución para este problema. Así como va el antiguo himno, “¿Quieres ser salvo de toda maldad? Tan sólo hay poder en mi Jesús.”

Y tú, ¿has identificado estos u otros peligros de la tecnología? ¿Has tomado medidas preventivas para subsanar estos males?


*Marcuse, Herbert. El hombre unidimensional. Editorial Planeta Argentina (Buenos Aires, 1993).

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Vladimir Lugo

Tecnología que libera el poder de tu misión.

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